Bueno, pues el juego comienza así... Déjame que me acerque lentamente a ti por detrás, que te agarre por la cintura y que te diga, con susurros al oído, lo mucho que me gusta tu sonrisa, lo mucho que me gustan tus ojos y la forma en como me miras cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo que estoy a tu lado... lo delicados que son tus labios al besar y lo bien que besas. Déjame recorrer con mis manos tu suave piel. Déjame dibujar en tu espalda corazones utilizando mis dedos como pinceles...
Déjame acariciar tu fina y tierna cara, suave como el algodón y dulce como el azúcar. Déjame deslizar mis labios por tu cuello lentamente, acompañándolos de pequeños mordiscos para terminar el camino fundiendo nuestras bocas...
Déjame abrazarte cuando tengas frío, cuando tengas miedo o cuando estés triste, para que veas que te protegeré siempre que lo necesites. Déjame tumbarte sobre tu cama y hacerte sentir la persona más especial del mundo. Déjame dormir contigo, abrazándote, con la recompensa de tener al día siguiente uno de los mejores amaneceres de tu vida. Déjame mirarte cuando te duermes entre mis brazos mientras hago dibujos con tu pelo. Déjame unirme a ti, convirtiéndonos en uno. Déjame tumbarme sobre tu pecho y escuchar el latido de tu corazón, y notar como, poco a poco, se acelera. Déjame estar contigo las tardes frías de invierno, viendo una película con palomitas, tapados con una mantita, acurrucados el uno al lado del otro...
Déjame ser tu guía cuando te pierdas y la que te ayude a levantarte cuando tropieces. Déjame recordarte cada día al despertarte que eres lo mejor que tengo en la vida, y cada día al acostarte que eres la razón de mi sonrisa. Déjame escribir una historia que lleve como título tu nombre, en la cual seamos sus protagonistas. Simplemente, déjame quererte...
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