siguenos en facebook siguenos en Google+ siguenos en Twitter Canal de youtube sígueme en Instagram sígueme en Tumblr Rss feed sígueme por Correo Con palabras de suerte...: febrero 2015

miércoles, 11 de febrero de 2015

.Never give up.

A veces, en la vida se presentan obstáculos difíciles, barreras infranqueables.
A veces, solo es cuestión de valor. De tragarse el miedo y el orgullo y mirar hacia adelante.
A veces, es cuestión de abrir los ojos y optar por ser fuertes.
A veces, es tan solo cuestión de azar. De suerte.
A veces, tenemos solo dos opciones frente a los problemas planteados: La primera, optar por la salida fácil. Hacer las cosas rápido y, probablemente, mal. Actuando de manera inconsciente. Sin antes pensar. Pisando en falso. Por miedo a arriesgar. Y la segunda opción, pelear. Luchar por conseguir esos sueños que tanto deseamos abrazar con nuestros brazos. Satisfacer las ansias de felicidad. Con los pies en la tierra. Dejarse llevar, pero siempre con cabeza.
Hay miles de maneras de perder una lucha. Y miles de formas de tropezar y caernos, no alcanzando las metas propuestas. Escapándose, deslizándose como una diminuta lágrima, agua y sal, entre nuestros dedos. Pero también hay miles de motivos por los que levantarnos y pelear por cada segundo que tenemos para compartir. Ya sean dos minutos o dos días. No vamos a rendirnos.
Porque, al fin y al cabo, podemos olvidarnos de los problemas, ser poéticos y perder la cabeza juntos.


martes, 3 de febrero de 2015

.La cama de al lado.

Y el tiempo parece ser que tiene prisa. El transcurso de las horas se acelera.
Ya no recuerda esa sonrisa a las tantas de la mañana, buscando unos labios que la calmaran.
El frío invierno ha calado hasta el último hueso de su ser. Y, poco a poco, la nostalgia se deja ver
La cama no es escenario de nada, ni siquiera de un misero drama. Tan solo de un mar de lágrimas.
Ya nadie hace el amor entre esas sábanas.
Ya no hay caricias que sacien sus ansias.
Ya no hay noches de éxtasis donde les puedan las ganas.
Ni tiernos besos que hasta el último centímetro de su piel desgastaran.
Es testigo de un monólogo interno y solitario. De un mar de pensamientos desordenados. Con un café solo con tostadas a diario. De amaneceres rojizos y tempranos, con el vacío entre sus manos.