Viéndote pasar día a día, con esa sonrisa traviesa, el aire jugando con tu pelo mientras caminas de aquella forma tan graciosa. Y ese olor tuyo, esa fragancia que hace perder el sentido a todo aquel que lo percibe. Tu piel, suave como el algodón, caja fuerte de secretos interiores tuyos e inconfesables, pero reflejo de lo bella persona que eres. Esos ojos que derriten miles de miradas confundidas por su brillo, por su alegría, por su sinceridad... Estoy sentada en un sueño.
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