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La vida da miles de vueltas a lo largo de los años. Gira y gira sin rumbo, hasta que decimos basta y nos proponemos metas para mejorar nuestra situación poco a poco.

Todos pasamos por baches en la vida, cometemos errores, de lo cuales, aprendemos importantes lecciones.

Algunas veces esos fallos nos marcan para toda la vida y no somos capaces de superarlos, porque no queremos avanzar, porque seguimos viendo real la posibilidad de volver a vivir aquellos momentos de alegría, de ilusión, de sonrisas, de besos, de abrazos.

Se suele decir que no echas en falta a alguien hasta que llega un momento en que lo necesitas de verdad. Es ahí cuando todos los momentos, tanto felices como tristes, pasan ante tus ojos, como una película, y en cuestión de segundos todo lo que tenias desaparece para siempre. Nos damos cuenta de todo lo que hicimos mal y de como deberíamos haber actuado para que nadie hubiera salido perjudicado. Deseamos borrar todo aquello que nos hizo llorar y coger de un lápiz y una hoja y comenzar reescribir la historia, la historia que nos ayudó a ver lo que de verdad nos importa, la historia que nos hizo sentir vivos.

Cuando te rodeas de gente que de verdad te importa, que quieres, que aprecias, no deseas otra cosa en el mundo que permanecer a su lado en todo momento y no perderles jamás. Y cuando cometemos algún error, cuando peleamos con algún familiar o amigo, nos damos cuenta de que es necesario curar esa pequeña brecha que se ha abierto entre esa persona y tú y coserla,  para que deje de sangrar. Porque sabemos que pase lo que pase, lucharemos por la gente que queremos, porque son los que nos hacen vivir y seguir adelante, porque son la sonrisa de nuestro día a día.

''No dejes escapar la gente que de verdad te importa.''