No sufras, no te sumerjas en un mar de lágrimas, navegando a la deriva en tus recuerdos, recuerdos que te hagan entristecer. No merece la pena. Vive el presente todo lo que puedas, arregla tu vida con las personas que merezcan la pena y jamás te separes de ellas, porque nunca te abandonarán. No pierdas la esperanza, pisa con pie firme, sé tu propio dueño y sonríe.
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