Pero no todo es teatro, tenemos vista, oido, gusto, olfato, tacto y poca prisa. Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa...
jueves, 27 de diciembre de 2012
Y desde entonces miro constantemente el reloj.
La primera vez que te besé, nuestros
dientes se rozaron por una milésima de segundo y fue increíble, y la hora
exacta de ese beso eran las 12.10. Quité la pila del reloj para que se
quedase la hora detenida para siempre, parada... en el minuto exacto que
me besaste, estaba y está metido en un reloj para siempre... y ya nunca sé
qué hora es, pero me da igual. Y desde entonces miro constantemente el
reloj.
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