Pero no todo es teatro, tenemos vista, oido, gusto, olfato, tacto y poca prisa. Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa...
jueves, 27 de diciembre de 2012
Amores improbables.
La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni
facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como
algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a
escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a
todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un
resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era
improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era
improbable, pero sucedió. Que los baron rojo volvieran a tocar juntos
era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a
Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra
Malta... El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una
razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de
amores improbables.
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