siguenos en facebook siguenos en Google+ siguenos en Twitter Canal de youtube sígueme en Instagram sígueme en Tumblr Rss feed sígueme por Correo Con palabras de suerte...: Lágrimas saladas.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Lágrimas saladas.

Atardecer de verano. Ella. Solitaria. El agua acaricia sus pies. Una botella de alcohol fría, sujetada por sus finos dedos, para callar con cada trago sus recuerdos. No quita su mirada de un punto fijo. Del mar, supongo. Tranquilo y azul, disfraza el horizonte, dotándolo de una belleza incondicional. El sol calienta con sus últimos rallos su suave piel. La arena baila al ritmo del viento. Corre de aquí para allá, creando dunas desérticas. Las olas rompen en la orilla. Al igual que ella rompió con su rutina. Con lo que le hacía feliz. En un abrir y cerrar de ojos todo cambió. Suspira. Da otro trago. Uno tras otro. Parece de piedra. Inmóvil. Sumida en sus pensamientos. No parpadea. Sólo se puede distinguir una lágrima naciendo en sus brillantes y verdosos ojos. Se desliza. Poco a poco. Recorre cada centímetro de su rostro. Se detiene en su barbilla. Como si no pudiera mantenerse más, se deja caer. Se precipita contra el suelo. Ahí va un recuerdo. O cien. Sólo ella lo sabe. Un sentimiento de rabia y dolor le impulsan a beberse media botella de un trago. Se había prometido no llorar más. No desperdiciar más lágrimas. Ni una. Esa se le escapó. ¿Por qué? Lo necesitaba. Desde hacía días, su corazón gritaba en silencio como se sentía. Dolor. Rabia. Tristeza. Sentimientos desordenados. Todo es un rompecabezas. Sus recuerdos y sentimientos, las piezas. De las veinticuatro horas que tiene un día, ella emplea sólo el último minuto en recordar sus besos. No puede evitarlo. Ha perdido el único motivo que le hacía sonreír. Respira hondo. Se termina la botella y la deja en la arena. Se levanta y se pasea por la orilla.
Casi ha anochecido. La luna se dibuja en el cielo. Las estrellas comienzan a brillar en el firmamento. El sol se esconde. Por hoy ha terminado su jornada. La brisa marina acaricia su piel y juguetea con su pelo. Sabe que tiene que borrar todo recuerdo de su mente, al igual que el agua hace desaparecer, poco a poco, sus huellas marcadas en la húmeda arena. Tiene que dejarlo ir. Sus caricias, sus pecas, sus cosquillas, su sonrisa. Cada segundo a su lado. Todo. Quiere pero no puede. O, tal vez, puede pero no quiere. Y por eso mantiene la esperanza. No la pierde. Ella aquí, disfrazando su tristeza con una sonrisa. Escondiéndose para llorar. Diciendo que todo va muy bien, cuando sabe que le sigue queriendo como el primer día. ¿Él? Igual. En menor medida, tal vez. Quizá esté tirado en alguna playa o de camino al fin del mundo. Ella no puede hacer nada para saberlo. Sólo le queda seguir adelante. No esperar nada. No ilusionarse. Dicen que el tiempo lo decide todo. Aunque también dicen que el tiempo no decide nada.
Ha pasado una hora. Es totalmente de noche. Hace frío. Recoge la botella. Suspira y sonríe. Mirando a la luna se promete para sí misma que, de ahora en adelante, tendrá motivos para volver a sonreír. Porque está segura de que, esté donde esté, él dedica un minuto o más al día en pensar en todos los momentos increíbles que pasaron juntos.


''A veces no es el final. A veces solo es un punto y aparte.''

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