Es increíble como un mensaje puede cambiarlo todo, como una
simple caricia puede provocar un escalofrío erizando el vello de tu piel, como
un recuerdo puede hacer brotar lágrimas en tus ojos, como un abrazo puede
transmitirte seguridad; es alucinante como una sonrisa puede ser la respuesta a
una mirada y como un beso puede acelerar a más de mil por hora tu corazón,
haciendo que se detenga el tiempo, parando las agujas del reloj... Son momentos
que nos acercan a esa felicidad que tanto ansiamos alcanzar. Nos empeñamos en
buscarla cada segundo, minuto y hora del día, y no nos damos cuenta de que es
ella la que tiene que encontrarnos.
Yo me siento afortunada porque ahora, en este preciso momento, puedo
afirmar que estoy tocando con la yema de los dedos esa felicidad.
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